domingo, 20 de noviembre de 2016

Apagados.

Tu mirada, por ejemplo...Veo que está apagada, sin brillo. Ya no iluminas, ya no sonríes con ellos, ya no.
Nos fuimos por un sin fin de razones; nos hacíamos demasiado daño, y a pesar del cariño que ambos nos teníamos ya nada funcionaba. Y se iba haciendo hora de marcharnos, por lo menos  hasta que las heridas desaparecieran.
Ahora duele, tal vez más de lo que debería, mas de lo que merece. Y cuando se está perdiendo, quedando en algún rincón de olvido, los recuerdos de lo que fuimos salen a flote y lastiman solo un poquito más.

 Me han dicho que el dolor se va con el tiempo, que se marcha junto con tu ausencia. Así que esperaré que pases de mi, de mi vida. Y que cuando te vuelva a ver, con esa hermosa sonrisa de la cual me enamoré, las mariposas ya no estén.


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