sábado, 22 de octubre de 2016

No hay y no habrá otra persona.

Las estrellas se encendían y apagaban titilando, llenando todos los rincones, había miles de ellas.
Tu estabas a mi lado, el infinito cielo parecía que trataba de caérsenos encima.
Y de repente giraste hacia mi y me besaste, en ese momento una energía abrasadora se apoderó de mis vértebras ... Desde entonces en mi vida no existe otra persona.


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