lunes, 29 de febrero de 2016

Nadie se muere de amor.

Miles de preguntas surgen en tu mente cuando el amor te derrumba, solo piensas en lo que esta sucediendo e intentas apaciguarlo. Esto te genera ansiedad mientras los nervios y el dolor generan estragos en ti mismo, haciéndote cada vez mas susceptible y que cada mínima cosa te  traiga recuerdos y desilusión. 
Te vuelves caótico, sensible, vulnerable y torpe. Luego de un sinfín de preguntas, exactamente después de que tu mente se ha encargado de hacerte entender que debes solucionar la situación, llega la etapa en la cual necesitas encontrar la salida del laberinto de tu memoria, hallar soluciones y nuevamente intentar el dialogo aunque resulte un poco imposible para ambos. Después comprenderás que necesitas estar tranquilo con tu consciencia, entender y aceptar que a pesar de todo esa herida sanará , que estarás bien con la otra persona y que le podrás mirar a los ojos y expresar nostalgia por lo vivido, pero al fin y al cabo estar feliz por haber superado y continuado con tu vida.
Si, se que es un camino largo y doloroso, pero vale la pena recorrerlo, para al final poder disfrutar de la sensación de haberlo resuelto. Sentirás muchas veces que tus intentos serán en vano, incluso sin saber que a la otra persona también le está pasando lo mismo que a ti, y tal vez seas tu quien cometa el error de no entenderlo y actúes por impulso generando mas daño, pero a pesar de que suene increíble, nunca es tarde para volver a intentarlo y algún día ambas partes podrán sentarse a hablar y todo quedará resuelto y en paz.


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