Y aún después de tanto lo quiero, por que cuando me mira se me viene el mundo al suelo y me invade el deseo de tocarlo, de estar segura entre sus brazos, de sentir sus susurros en mis oídos y sus besos en mi cuello. Lo quiero por que ha traspasado mi caparazón llegando donde nadie pudo llegar.
Lo quiero simplemente por ser el, por como ríe y llora, por su manera de ver la vida, por sus palabras, por absolutamente todo.
Es el a quien perdí y encontré, y ahora me resulta imposible e impensable que lo deje escapar sin antes amarlo tanto que luego el amor ya no lo encontremos si no es en nosotros dos.
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